El café, esa bebida que muchos disfrutamos a diario, no siempre ha sido tan bienvenido como lo es hoy. A lo largo de la historia, ha habido momentos en los que el café ha sido prohibido en diferentes partes del mundo por diversas razones. En este artículo te contamos algunas de las prohibiciones más destacadas del café y las curiosas historias detrás de ellas.
Desde su origen en el mundo islámico hasta su llegada a Europa y, posteriormente, a América, el café ha sido objeto de controversia y fascinación. Los gobernantes y líderes religiosos han intentado restringir su consumo por motivos que van desde preocupaciones religiosas hasta cuestiones políticas y sociales. Sin embargo, a pesar de estos intentos, el café ha perseverado y se ha convertido en una de las bebidas más populares a nivel mundial.
Las primeras prohibiciones
La Meca, 1511
En 1511, el gobernador de La Meca, Khair Beg, prohibió el café. Creía que el café estimulaba el pensamiento radical y fomentaba la reunión de grupos que discutían temas políticos y religiosos, lo que podría amenazar su poder. Khair Beg consideraba que estas reuniones podían incitar a la rebelión, y por eso prohibió el consumo de café. Sin embargo, esta prohibición no duró mucho, ya que fue revocada por el sultán de Egipto, Al-Ashraf Qansuh al-Ghawr, quien se dice disfrutaba del café.
El Cairo, siglo XVI
En El Cairo, el café también enfrentó prohibiciones similares. Las autoridades religiosas y civiles temían que el café, como sustancia estimulante, pudiera alterar la mente y la moral de las personas. Las cafeterías, conocidas como qahveh khaneh, se convirtieron en lugares de debate y discusión, lo que inquietaba a los líderes. Sin embargo, la popularidad del café fue tal que estas prohibiciones fueron igualmente efímeras.
Prohibiciones en el Imperio Otomano
El Imperio Otomano también fue escenario de varias prohibiciones del café a lo largo de su historia. Durante el reinado de Murad IV (1623-1640), el café fue prohibido junto con el tabaco y el alcohol. Las penas por violar esta prohibición eran extremadamente severas, incluyendo la muerte. Murad IV se disfrazaba de civil para patrullar las calles y castigar personalmente a los infractores. Esta prohibición formaba parte de sus esfuerzos por reducir lo que él percibía como actividades inmorales y desorden social en los cafés.
Durante el siglo XVII y principios del XVIII, hubo varias otras tentativas de prohibir el café por parte de diferentes sultanes otomanos. Estas prohibiciones estaban motivadas principalmente por preocupaciones de que los cafés eran lugares de reunión donde se discutían ideas subversivas y se fomentaba la disidencia política. A pesar de estas prohibiciones intermitentes, el consumo de café y la popularidad de las casas de café continuaron creciendo.
El cafë en Europa: aceptación y rechazo
Venecia, 1615
El café llegó a Europa a principios del siglo XVII, introducido por comerciantes venecianos. En 1615, el café comenzó a venderse en Venecia, pero no sin controversia. Algunos líderes religiosos lo condenaron, llamándolo "bebida del diablo". Se dice que el Papa Clemente VIII fue consultado sobre si el café debía ser prohibido. Según la leyenda, después de probar el café, el Papa comentó que era tan delicioso que sería un pecado solo permitir su consumo a los infieles, y así, bendijo el café, permitiendo su aceptación en Europa.
Inglaterra, siglo XVII
En Inglaterra, el café enfrentó su propio conjunto de desafíos. En 1675, el rey Carlos II intentó cerrar las casas de café, preocupando por los rumores y críticas hacia su gobierno que se gestaban en estos lugares. Las casas de café eran centros de intercambio de ideas políticas y sociales, lo que el rey percibía como una amenaza. Sin embargo, la protesta pública fue tan fuerte que el decreto fue revocado después de solo once días.
Otras prohibiciones destacadas
Suecia, siglo XVIII
En Suecia, el rey Gustavo III intentó demostrar los efectos negativos del café de una manera muy peculiar. Ordenó un experimento en el que dos hermanos gemelos, condenados a muerte, tuvieran sus penas conmutadas a cadena perpetua. Uno de ellos debía beber tres tazas de café al día, mientras que el otro bebería la misma cantidad de té. Irónicamente, los médicos que supervisaban el experimento murieron antes que los gemelos, y el hermano que bebía té murió primero, mientras que el bebedor de café vivió muchos años más. Finalmente, la prohibición del café fue levantada en Suecia, y el café se volvió popular.
Prusia, siglo XVIII
Federico el Grande de Prusia también intentó desalentar el consumo de café en favor de la cerveza. Emitió un manifiesto en 1777 declarando que la cerveza era una bebida más adecuada para los prusianos. Federico el Grande estaba preocupado por el aumento en la importación de café y su impacto económico, y prefería que sus súbditos bebieran cerveza, una bebida tradicionalmente local. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, el café siguió ganando popularidad.
Para terminar
A lo largo de la historia, el café ha enfrentado numerosas prohibiciones por diversas razones, desde preocupaciones religiosas hasta temores políticos y económicos. Sin embargo, su resiliencia y capacidad para adaptarse y superar estos desafíos han asegurado su lugar como una de las bebidas más queridas en todo el mundo. Hoy en día, el café no solo es una bebida, sino un símbolo de socialización, intelecto y cultura compartida. ¡Salud por muchos más momentos compartidos alrededor de una taza de café!