Atitlán | Guatemala

17,00€
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Atitlán, un cafë que nace entre volcanes, lagos y manos que cuidan cada detalle.

En las montañas que rodean el lago que le da nombre, a más de 1.500 metros de altitud, crecen las cerezas que dan vida a este cafë guatemalteco. Allí, el clima templado, los suelos volcánicos y la cosecha manual permiten que cada fruto alcance su punto óptimo de maduración.

El proceso natural con fermentación anaeróbica potencia su carácter afrutado y expresivo. Al prepararlo, aparecen notas dulces de caramelo claro y miel, acompañadas por una acidez jugosa de frutas rojas y tropicales. En boca, se combinan matices de fresa, grosella, uva blanca y maracuyá, con un fondo de chocolate negro y un final largo que invita a la pausa.

Ideal para quienes buscan una taza compleja pero equilibrada, perfecta para disfrutar con calma, saboreando cada matiz sin prisas, en buena compañía.

 

País,Guatemala
Región,Atitlán
Cata,Atitlán abre con notas dulces de caramelo claro y miel, que dan paso a una acidez jugosa de frutas rojas como fresa y grosella. En boca se combinan matices de maracuyá, uva blanca y mandarina, con un fondo profundo de chocolate negro. La fermentación anaeróbica potencia su perfil vinoso y expresivo, con una textura envolvente y un final largo y persistente.
Variedad,Caturra
Proceso,Natural anaeróbico "sleeping bag"
Altitud,De 1.500 a 1.800 m s. n. m.

 

Preguntas Frecuentes

El cafë de especialidad son granos de cafë de la especie arábica, cultivados bajo condiciones específicas, seleccionados cuidadosamente y procesados con máxima atención al detalle para resaltar sus variados perfiles de aroma y sabor.

Lo molemos en el momento de preparar tu pedido y con la molienda adecuada a la cafetera que nos indiques. Así lo recibirás recién molido y al abrir la bolsa apreciarás todos sus aromas.

El grado de tueste es un factor clave y decisivo para apreciar todas las propiedades y cualidades de un buen cafë. Cada cafë es diferente, por eso, nuestro maestro tostador ajusta con cuidado el grado de tueste que mejor destacará sus propiedades y todas sus cualidades.

No, en nada. El café comercial suele ser de la variedad robusta, estar tostado desde hace meses y en exceso, casi "quemado", y si además es torrefacto, le han añadido azúcar durante el proceso de tueste. El resultado es un café muy amargo, tan amargo que es habitual tener que añadirle azúcar para ser capaz de beberlo.