Geisha | México

17,00€
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Cultivado en un entorno escarpado donde el verde lo cubre todo y el aire fresco acaricia las hojas, Geisha crece rodeado de niebla, árboles nativos y silencio. A más de 1.400 metros de altitud, bajo sombra natural y con un manejo atento del suelo, los granos se desarrollan con una madurez pausada antes de pasar por un proceso lavado que realza su limpieza en taza.

Su perfil es delicado, con notas florales y afrutadas que aparecen sutiles, pero nítidas. Al prepararlo, el aroma es limpio y elegante. Al probarlo, la sensación es ligera, casi etérea, pero llena de matices.

Un cafë para momentos tranquilos, donde lo simple se vuelve especial.

 

País,México
Región,Veracruz
Cata,En taza es limpio y delicado. Aroma floral suave y fruta madura bien definida. En boca resulta sedoso, con una acidez equilibrada que aporta frescura sin imponerse. La dulzura aparece de forma natural y acompaña todo el recorrido. Final largo, claro y elegante, con una sensación fresca y ordenada en el paladar.
Variedad,Geisha
Proceso,Lavado tradicional
Altitud,1.400 m s. n. m.

 

Preguntas Frecuentes

El cafë de especialidad son granos de cafë de la especie arábica, cultivados bajo condiciones específicas, seleccionados cuidadosamente y procesados con máxima atención al detalle para resaltar sus variados perfiles de aroma y sabor.

Lo molemos en el momento de preparar tu pedido y con la molienda adecuada a la cafetera que nos indiques. Así lo recibirás recién molido y al abrir la bolsa apreciarás todos sus aromas.

El grado de tueste es un factor clave y decisivo para apreciar todas las propiedades y cualidades de un buen cafë. Cada cafë es diferente, por eso, nuestro maestro tostador ajusta con cuidado el grado de tueste que mejor destacará sus propiedades y todas sus cualidades.

No, en nada. El café comercial suele ser de la variedad robusta, estar tostado desde hace meses y en exceso, casi "quemado", y si además es torrefacto, le han añadido azúcar durante el proceso de tueste. El resultado es un café muy amargo, tan amargo que es habitual tener que añadirle azúcar para ser capaz de beberlo.